miércoles, 30 de marzo de 2011

Libertad y Poder


Seguramente no estoy diciendo nada nuevo cuando digo que el poder genera destruccción y ésta varía de acuerdo a dónde se quiera ejercer dicho poder. Puede usar desde las bombas hasta las injurias. Porque el poder en sí necesita deshacerse de todo aquello que no puede poseer y de cualquier cosa que le demuestre estar en inferioridad de condiciones.
Me vino esto a la mente cuando recordé la destrucción de la Biblioteca de Alejandría en manos de aquellos nuevos Crisitanos. La Biblioteca en sí era un ejemplo de poder, pero de otro, el de la libertad, puesto que no existe mayor libertad que la que dan la sabiduría y el conociemiento pero, sobre todo, el de sí mismos.
Y es, precisamente por eso que el poder, el que destruye, se alimenta de la ignorancia.
Definamos PODER. Según la RAE (aunque últimamente ande un tanto enfadada con ella, pero ese es tema para otro post) Poder posee varios significados, a saber: Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo. Tener facilidad, tiempo o lugar de hacer algo. Tener más fuerza que alguien, vencerle luchando cuerpo a cuerpo. Ser más fuerte que alguien, ser capaz de vencerle.
Por lo que entiendo que, el ansia de poder, es algo así como querer tener más o querer ser más, con lo que ya está dejando implícito que asume que tiene menos o que se siente inferior.
Quiero diferenciar aquí dos tipos de poderes, uno, al que me estoy refiriendo, es el poder sobre algo externo, ajeno, fuera de mi; el otro es el poder interno, pero es éste último, precisamente, el que no necesita valerse del externo.
Son muchísimas, en el mundo, las personas que carecen de ese poder interno y, ni siquiera son concientes de ello o de su existencia, se desviven o matan por esa pequeña parcela de poder externo. La que sea. Puede ser Poder Político, Poder Territorial, Poder Económico, etc, pero tambien puede ser Poder Social, ya se trate de pertenecer a un determinado grupo selecto o simplemente (y este es el que más se ejerce en el Mundo) dominar a otro. Sin ir más lejos, las relaciones amorosas están plagadas de este tipo de ejercicio de poder. Y ese poder tampoco se salva de la destrucción. Porque así como el Poder Político destruye sistemas, el Territorial inicia guerras, el económico destruye recursos, el que se ejerce dentro del plano amoroso (que, dicho sea de paso, tiene más de poder que de amoroso) destruye, precisamente el amor. No necesita al amor, necesita sentir que posee el control sobre el otro, justamente porque no está seguro de sí mismo.
Así es como Poder y Destrucción van de la mano y nos los cruzamos en cada esquina, en cada casa, en la radio, en la televisión, en los campos de batalla, en las sedes de Gobierno y, lo más triste, en muchas Iglesias.
Los hijos de esa pareja se llaman Ignorantes. 
Los hijos del Poder Interior se llaman Libres.

...Tú eliges.




2 comentarios:

El Tio Pol dijo...

Quiero ser hijo del Poder Interior. Estoy en ello. Tengo la libertad del que posee pocas cosas materiales ( y no anhela muchas mas ) y el poder de la amistad de mi gente y de su cariño. Impagable.
Un besazo Maga !!!

SATURNINO dijo...

No estoy yo como para opinar mucho de estas cosas, la verdad... hasta no hace tantos años (o sí hace tantos) se me podría ocurrir pensar y opinar sobre la lucha contra poderes excesivamente concentrados y bla bla...
Ahora uno aspira a pasar por todo de puntillas, sin hacer demasiado ruido, molestando poco y evitando aplastar demasiadas margaritas.